Sí, ok, suena a chiste y no hay problema; coloca este artículo en Facebook y etiqueta a tus amigos fanáticos de Sasha Grey. Pero considera también la parte seria. Podemos estar condenándonos a tener problemas cognitivos por estar llenándonos la cabeza de tonterías.
La revista JAMA Psychiatry publicó los resultados de una investigación realizada por científicos del instituto Max Planck, de Berlín (Alemania). Ellos querían determinar qué impacto tiene en el cerebro la estimulación contínua del centro de placer cerebral a través del consumo de pornografía.
Para ello, formaron un grupo de 64 hombres saludables de entre 21 a 45 años a los que hicieron ver pornografía en un ambiente aislado, al mismo tiempo que se les tomaba una tomografía computarizada para medir el volumen de su cerebro y observar su reacción mientras los participantes veían imágenes sexuales.
Los resultados fueron que los hombres pasaban un promedio de 4 horas semanales viendo porno (¡cuatro horas! eso es media jornada de trabajo. ¿Así estamos desperdiciando nuestra vida?). Y, lo que fue una sorpresa, fue que a mayor cantidad de pornografía consumida, más disminuía una parte del cerebro llamada “cuerpo estriado” y más se deterioraban las conexiones entre esta parte y la corteza prefrontal, que como cualquier médico podrá explicarte, se encarga de regular tu comportamiento y tu toma de decisiones.
Conclusión:
“Hemos encontrado un importante vínculo negativo entre el acto de ver pornografía varias horas a la semana y el volumen de materia gris en el lóbulo derecho del cerebro, así como la actividad de la corteza prefrontal”
¿Te vas a arriesgar a volverte aunque sea un poco idiota? recuerda: la inteligencia también es un factor de atractivo. ¿Para qué perder al menos una de tus ventajas?
Si sigues pensando que con la masturbación no te va a pasar nada, mira los comentarios y consultas que a diario recibe WDH, especialmente en el artículo enlazado en el primer párrafo. Todos pensaron que iba a ser inofensivo, que no iba a pasar nada. Lo cierto es que al masturbarte con frecuencia entrenas tu cerebro para reaccionar a un tipo determinado de estímulos que no están presentes en el sexo de verdad. Por tanto, tus erecciones terminan siendo nulas o débiles.
En otras palabras, puedes terminar siendo no sólo impotente, sino también tonto.
Fuente: internet